La geomorfología (del griego Γηος [gueos] ‘Tierra’, μορφή [morfé] ‘forma’, y λόγος [logos] ‘estudio’, ‘conocimiento’) es una rama de la Geografía Física que tiene como objeto el estudio de las formas de la superficie terrestre enfocado a describir, entender su génesis y entender su actual comportamiento.
Europa Septentrional en particular, presenta 4 grandes geoformas:
1. Raíces Caledonianas
2. Escudos de Laurasia
3. Zonas de fracturación de los
escudos
4.
Cubiertas sedimentarias
1. Raíces Caledonianas
Las raíces caledonianas son restos de cadenas
y alineaciones montañosas formadas durante el Paleozoico y el Mesozoico antes
del Cretácico que no han experimentado ningún movimiento orogénico desde
entonces, aunque sí pueden haber tenido lugar movimientos epirogénicos (y de
hecho han ocurrido). En algunos casos sólo quedan las viejas raíces. Estos zócalos aparecen como largas y estrechas cadenas,
que raramente se elevan unos miles de metros por encima del nivel del mar;
están formados por rocas sedimentarias Paleozoicas y Mesozoica que han sido
fuertemente deformadas y localmente transformadas en rocas metamórficas. (Strahler
A. y Strahler A., 2005, Lámina D). Los
pliegues caledonianos en dirección Sudoeste- Nordeste pueden todavía observarse
en los relieves de Gales, Escocia (antigua Caledonia) y Noruega. (Carrogio, F.,
1979).
El principal ejemplo de estas racies son los Montes Escandinavos. Los montes escandinavos son un fragmento de la diagonal
caledoniana, de dirección suroeste – noreste. Su origen radica en las rocas
almacenadas en un geosinclinal, las cuales emergieron en la primera mitad del
Paleozoico (período Devónico, hace unos 400 millones de años), por compresión
entre los escudos canadienses y feno-escandinavo. Los edificios
montañosos resultantes fueron posteriormente reducidos a una plenillanura, que
sería dislocada y fracturada por movimientos orogénicos posteriores, que
elevaron fragmentos de la plenillanura dando origen a la cordillera
escandinava, mientras que el sector medio de esta alineación quedó sumergido
bajo las aguas del Atlántico Norte. Las mayores alturas de estas cordilleras
son el Glitterlind, de 2452
metros de altitud y el Galdhopiggen
de 2469 metros de altitud, ambas se encuentran en territorio noruego. El aspecto geomorfológico de esta cordillera ha sido
profundamente modificado por la erosión glaciar, que talló aristas en las
cumbres y dilató los valles fluviales, posición meridiana, el acusado impacto
de los vientos atlánticos que descargan en ella su humedad. Paisajes
particularmente diferentes lo ofrecen las expansiones basálticas que tuvieron
lugar a través de las fisuras del terreno.
2. Escudos de Laurasia
Los
escudos
de Laurasia son áreas de grandes bloques masivos y estables de la
corteza siálica situadas al norte de la porción este-oeste del sistema alpino,
donde los materiales precámbricos constituyen casi la totalidad de la
superficie rocosa, o donde estos mismo materiales forman un círculo en el que
no existe ninguna abertura de más de 320 km que separe los materiales de
cobertera del exterior de las rocas cristalinas anteriores; éstas y los
materiales precámbricos constituyen más del 50% de las superficie rocosa. Estos
escudos no han estado sometidos a ningún movimiento orogénico desde el Cámbrico. Los escudos son planas superficiales continentales bajo
el cual se encuentran rocas ígneas y metamórficas en una compleja ordenación.
La mayor parte de los escudos son regiones de bajas colinas y mesetas, aunque
hay excepciones donde grandes bloques de la corteza han sido elevados. Miles de metros de rocas de los escudos han
sido erosionados durante su exposición a lo largo de 500 millones de años.
Grandes áreas de los escudos continentales de encuentran bajo una cubierta de
capas sedimentarias más jóvenes, formadas entre las eras Paleozoicas y
Cenozoicas.
Escandinavia es una tierra muy antigua que forma
parte de un vasto bloque de rocas primarias cristalinas denominado Escudo
Fenoscandio, que se extiende por la mayor parte de la península
escandinava (Suecia y Noruega), Finlandia y la península de Kola, al noroeste
de Rusia. Es un núcleo de resistencia en la estructura general de la corteza
terrestre, y de ahí que se le denomine “escudo”. Para resistir tales
presiones, las materias de que está formada la península septentrional tienen
que ser muy duras. Aparecen rodeadas de estratos más recientes y más blandos.
3.
Zonas de fracturación de los escudos
Son
porciones de los escudos fragmentadas en bloques, con fosas tectónicas, horsts
y accidentes volcánicos asociados.
4.
Cubiertas sedimentarias
Son regiones constituidas de estratos sedimentarios que
no han estado sometidas a movimientos orogénicos ni se hallan enmarcadas por
las rocas cristalinas de los escudos ni por las montañas alpinas o de otro
sistema orogénico más antiguo. Estas regiones de rocas sedimentarias
constituyen coberteras continuas sobre las estructuras subyacentes.
Dentro de estas cubiertas, se encuentra la Gran Llanura Europea. Coincide en gran parte
con el zócalo precámbrico del Escudo Báltico que, desde la era Primaria, apenas
ha sufrido ninguna perturbación; tan sólo ha sido afectado, particularmente en
su sector meridional, por ligeros movimientos verticales, tanto de ascenso como
de subsidencia, aprovechados estos últimos por mares someros que depositaron
sus sedimentos sobre el zócalo. El escudo sólo aflora en Suecia, Finlandia y
algunas partes de Ucrania. Hacia el este y el sur desaparece bajo capas de
sedimentos más o menos espesas que engloban series desde el Pérmico al
Terciario y que fosilizan sus rocas cristalinas. Esta evolución tendente a la horizontalidad explica fácilmente la
morfología de sus terrenos, donde la erosión fluvial ha diferenciado toda una
serie de relieves tabulares. Presenta una forma triangular que progresivamente,
desde los montes Urales, se estrecha hacia el Oeste, cubriendo gran parte de la
antigua Unión Soviética europea, Polonia, Alemania septentrional, sur de
Suecia, hasta la llanura de Flandes.
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